Editorial
Hace ahora un año y medio, la Huelga de Mujeres de 8 de marzo de 2018 sorprendió a propias y extraños —a sus impulsoras, a los agentes sociales y a los medios de comunicación, incluso a nivel internacional— por su extenso apoyo. Muchas mujeres secundaron el paro laboral/estudiantil, de consumo y de cuidados; muchísimas más salieron a la calle en manifestaciones, superando cualquier previsión, por optimista que fuera.