Coeducar desde las masculinidades
El movimiento social en búsqueda de la igualdad y las propias dinámicas de trabajo para alcanzarla entran en estos últimos meses /años convulsos en una nueva era de cambios de estrategias y mayor y mejor profundización. Ya no es suficiente con el discurso de empoderamiento femenino y con las luchas contra las violencias machistas estructurales y cotidianas, es necesario ya dar el paso siguiente hacia el trabajo con los hombres y las políticas e intervenciones educativas que trabajan directamente con la causa y no sólo con los efectos perversos del Patriarcado, y su soldado el Machismo, y de quienes lo ejercen y sostienen.
Dicho de otro modo, estamos en el tiempo del trabajo con las masculinidades y el cambio de los hombres y de las ideologías y valores que sostienen su poder discriminador. No es suficiente con cuestionar el papel de las mujeres en el reparto de poder e imponer una «igualación» sin reflexión sino que hay que ahondar en cómo podemos hacer para que los chicos en la escuela y sus padres y abuelos en casa decidan conscientemente no ejercer el machismo en el que la sociedad los educó y los sigue reforzando.
En las siguientes líneas se relata cómo y desde dónde se realiza el trabajo del proyecto Ulises, que es en resumen una propuesta coeducativa que implica y cuestiona espacialmente a los hombres y lo masculino. Al igual que el trabajo con las mujeres y la identidad femenina hacia la igualdad, el proceso con los hombres requiere de un cuestionamiento de la identidad, de los modos de relación y el poder y con las emociones. El trabajo con el cuerpo y con las violencias aprendidas es uno de los temas clave de interés, pero también lo es en la misma línea el desarrollo de alternativas viables de masculinidades diversas y positivas, exentas de violencias o que manejen la violencia de forma muy diferente a la que propone el modelo de masculinidad hegemónica y dominante.